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Con total impunidad: Nakayama Monje Budista denunciado por abuso realizariá conferencias en Perú

  • Foto del escritor: BastadeCurasAbusadores
    BastadeCurasAbusadores
  • 8 nov 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 12 nov 2018

Envié cartas de queja a diferentes sacerdotes en varias partes del mundo, pero nunca obtuve una respuesta, sin ellos no tendría impunidad.


Cecilia C. Califano una ciudadana Argentina y miembro de (Nichiren Shoshu) denunció ante los medios haber sido víctima de abuso, por parte del Reverendo R. Nakayama de la Escuela Budista Nichiren Shoshu.

Según la versión brindada a los medios, Califato relata con indignación que este sujeto se aprovechó de investidura para acosarla y hasta le prohibió hablar con otros miembros de otro templo, para evitar que el caso se hiciera público.


El diecisiete de julio del 2017, participé en el (Tozan) en el templo principal Taisekiji de Japón. El último día de nuestra estadía en la ciudad de Tokio, el reverendo Ryokyu Nakayama me ofreció acompañarme a algunas compras que tenía que hacer, en otro vecindario cercano, y dije que sí, porque estábamos en un pueblo que no conocía y obviamente no sospechó sus verdaderas intenciones. Una vez que terminamos con las compras, él quería ir a un restaurante, en el que cenamos.

Después de eso, caminando hacia el tren, tomó mi mano como si fuéramos una pareja y me sentí incómodo. Tomamos el tren de regreso a nuestro hotel, ubicado frente a la estación de tren de Shinagawa.

Una vez en el hotel, y después de un comportamiento extraño, conociendo su posición de maestro rector y su estado civil, me pidió permiso para entrar a mi habitación de hotel (me preguntó mientras estábamos en el tren e insistió de nuevo después de que llegamos).

Su habitación estaba en el mismo piso que la mía (yo estaba en la habitación 801 y él estaba en la 803). Acepté su pedido y él entró.

Una vez dentro de mi habitación, estaba borracho de unas cervezas que tenía en el restaurante, así que se acostó en mi cama, entre otras cosas inapropiadas que hizo.

En ese momento, muchas cosas sospechosas que ya mencioné tenían sentido.

De regreso en Buenos Aires, dos meses después de que volvimos, lo llamé por teléfono para aclarar lo sucedido esa noche, y para decirle que esperaba ir al templo de San Pablo para obtener orientación allí.

Me dijo que no podía hablar con nadie, que no podía ir, negó todo lo que hizo, dijo que fue culpa mía que terminara en la habitación de mi hotel, se riera de mí y tratara de manipularme psicológicamente. Desde entonces, pasé varios meses tratando de encontrar una manera de resolver esto de la mejor manera, continué mis tareas dentro del templo, porque consideré que mis compañeros no tienen nada que ver con su comportamiento.

Aprovechó mi estrecha relación con él, su posición como guía espiritual, mi respeto y admiración, todo lo que sabe sobre mi vida privada. Lo conozco desde que tenía 11 años, he pedido su guía varias veces.

Creo que aprovechó su posición de poder sobre mí, conociendo el estado emocional que implica estar en ese viaje, el hecho de que era muy susceptible debido a la situación, completamente fuera de mi territorio, increíblemente triste (sabiendo que acababa de enterrar el las cenizas de mi amado gato en el cementerio de gatos del templo de Taisekiji).

Él tomó ventaja, siendo protegido por su cargo. También hay miembros que lo encubrieron, sin ellos no tendría impunidad. Hoy, después de meses de pensar en lo que sucedió, decido informarles a todos ustedes.

Envié cartas de queja a diferentes sacerdotes en varias partes del mundo, pero nunca obtuve una respuesta de ellos. Fuente: practicasperiodisticas.com

ANTECEDENTES

La madrugada del 16 de junio, los vecinos del barrio de Flores se encontraron con este “escrache” en el tradicional templo budista de la calle Carabobo, perteneciente a la Nichiren Shoshu.

Por lo que surge del cartel pegado en uno de los portones de la entrada, quien fue objeto del escarnio publico seria el sacerdote Nakayama, aparentemente, la principal autoridad del templo. En el suelo también se encontraron pintadas con la leyenda: KIOKYO VIOLADOR o NAKAYAMA ABUSADOR.

Ningún blog o agrupación de adjudicó hasta el momento tal intervención en el espacio publico. Sin embargo, en el popular blog de denuncias Ya no nos callamos mas se encuentra una nota sobre el sacerdote, quien aparentemente habría abusado de una creyente del templo. Se desconoce si la justicia a adoptado algún temperamento hasta el momento. En la propia institución religiosa se negaron a dar respuesta.

 
 
 

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