Monje de la Escuela Budista Nichiren Shoshu denunciado por abuso
- BastadeCurasAbusadores
- 13 nov 2018
- 4 Min. de lectura
Nos contactamos con Cecilia, a través de una amiga que la comunica con Prácticas Periodísticas. Nos dice “estamos pidiendo ayuda porque la justicia encajoneó todas mis denuncias, el clero lo encubre y mis compañeros también”. Se refiere al Reverendo Ryokyu Nakayama de la Escuela Budista Nichiren Shoshu está acusado por abuso pero la denuncia no ha prosperado más allá de la condena social.

Cecilia es miembro de la Nichiren Shoshu* desde 2006, nos cuenta que está acompañada por su familia, que tiene amigos y que hasta su ex marido la ayuda, pero siente que no puede avanzar con el deseo de que se haga justicia, aún cuando ya hizo la denuncia ante la Fiscalía en lo Criminal y Correcional Nº 35 de Capital Federal.
El relato que comparte nuestra lectora, para hacer pública su denuncia es el siguiente:
“Mi nombre es Cecilia C. vivo en Buenos Aires , Argentina y soy miembro de (Nichiren Shoshu) desde Agosto de 2006, me dirijo a ustedes con la intención de denunciar un acto de violencia de parte del Reverendo Ryokyu Nakayama hacia mi persona :
El día 17/07 de este año, participe de un viaje al templo principal Taisekiji de Japón, el ultimo día de nuestra estadía en la ciudad de Tokio, el Reverendo Ryokyu Nakayama me ofreció su ayuda para acompañarme a hacer una compra que yo necesitaba realizar , en otro barrio cercano, y yo acepté, ya que nos encontrábamos en una ciudad que no conozco y obviamente no sospeche sus verdaderas intensiones.
Una vez finalizada la compra el quiso ir a un restaurante, en el cual cenamos, luego de lo cual tomamos el tren de regreso a nuestro hotel situado frente a la estación de trenes de Shinagawa.
Una vez en el hotel, y luego de comportamientos bastante extraños, teniendo en cuenta su posicion como maestro orientador y estado civil, en todo el trayecto del viaje de regreso, me pide permiso para entrar a mi cuarto, que se encontraba en el mismo piso que el mio( mi habitacion era la 801 y la de el era la 803), yo acepté su pedido y entró.
Una vez adentro, como estaba bastante borracho por las cervezas que tomó en el restorant, se acostó en mi cama, entre otras cosas fuera de lugar que hizo.
En ese momento, muchos de los comportamientos sospechosos que ya les mencioné cobraron sentido.
Una vez de regreso a Buenos Aires, y pasados 2 meses de nuestro regreso, tuve una charla por teléfono con él para aclarar lo que ocurrió esa noche , y decirle que de hecho , tenía intensiones de viajar al templo de San Pablo para solicitar orientación allí, me contestó que yo no podía ir a hablar con nadie, me negó todo lo que hizo e intentó manipularme psicológicamente.
Desde entonces, pasé varios meses tratando de encontrar una manera de solucionar esto de la mejor manera y con el menor daño posible, de hecho continué con mis tareas dentro del templo , ya que consideré que mis compañeros no tenían la culpa del comportamiento de este sujeto, el cual se aprovechó de mi estrecha relación con él, de su posición como guia espiritual , de mi admiración y respeto, de toda la información que tiene sobre mi vida privada, dado que en los 11 años que lo conozco, le pedí varias orientaciones , para perpetrar este acto, el cual creo que claramente es un abuso de poder hacia mi persona , aprovecho ademas de todo el estado emocional que implica estar en este viaje, que me encontraba muy sensible por toda la situación, completamente fuera de mi territorio, inmensamente triste, ya que deposite en el cementerio de mascotas del templo taisekiji, las cenizas de mi amado gato.
Realizó abuso de poder, amparado tras el cargo que ocupa y además, existen miembros que lo encubren , y sin los cuales, su impunidad no sería posible, de hecho recibí amenazas por parte de una persona de su entorno.
Desde lo legal, no se pueden presentarse cargos contra esta persona, puesto que todo sucedio en otro país, y las cartas de denunia que envié a otros sacerdotes, a diferentes partes del mundo, nunca tuvieron respuesta.
Es por esto que decido hacer pública mi experiencia, ya que lo considero una persona peligrosa y corrupta, que de ningun modo puede ni debe estar en la posicion que ocupa”
Luego de que hizo pública su denuncia, Cecilia recuerda que la segregaron del templo y también a toda mi familia, “por haber contado lo que pasó”, y agrega que, sufrió amenazas por parte de una funcionaria del poder judicial (quien también es miembro de la institución budista), que la denunció por ello, pero la Procuración Nacional le envió hace unos días una cédula de notificación diciéndole que archivaron la denuncia.
Desde el año pasado Cecilia ha cursado mails con sus denuncias y pedidos de ayuda a los templos de Canadá, San Pablo, California, Singapur, pero “jamás nadie me contesto ni me asistió”, y cuenta, “el otro día vinieron 11 reverendos desde Japón y sabiendo lo que está pasando acá, ninguno me contactó. O sea, felicitan a una persona que tiene una denuncia penal por abuso sexual y no asisten a una persona que pidió ayuda por mas de medio año”. Para ella está claro que desde la institución lo quiere encubrir, porque “si abrís la boca te segregan , te amenazan y punto”.
A raíz de la publicación de su experiencia en el sitio #YaNoNosCallamosMás! conoció otra joven que lo había reconocido a través de la fotografía y comentó haber sufrido una situación parecida con el mismo hombre.
Varias son las campañas que se viene tejiendo en las redes en contra del abuso sexual, y son más que necesarias para que se caiga el patriarcado en todos los sectores y espacios, en todas las instituciones y sociedades que lo sostengan. Todos los días la violencia machista se cobra la vida de una mujer por el solo hecho de ser mujer. Y esto sigue sosteniéndose en gran parte porque la violencia machista tiene actos violentos y/o de abusos muy naturalizados y hasta disfrazados.
Algunos ejemplos de campañas que ayudaron a visibilizar casos de abuso a combatir contra la vergüenza y el miedo por el que atraviesan las victimas son: #Cuéntalo #Hermana,YoSiteCreo #MeToo (yo también) #WhenIWas (cuando tenía) o #YaNoNosCallamosMás, entre otras.
Cortesía de Practicas Periodísticas
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